Los problemas sexuales se definen como la dificultad durante cualquier fase o etapa del acto sexual (deseo, excitación, orgasmo y resolución), que dificulta o impide al individuo o a la pareja a la hora de disfrutar de la sexualidad y de la actividad sexual.
Los problemas sexuales pueden aparecer temprano en la vida sexual de una persona o pueden aparecer después de que la persona ha vivido el sexo de manera agradable y placentera. Las dificultades sexuales pueden desarrollarse de manera gradual o repentina y pueden aparecer como una incapacidad total o parcial de disfrutar de una o más etapas del acto sexual.
Las causas de los problemas sexuales, pueden ser físicas (enfermedades o causas orgánicas) o psicológicas o ambas.
Los factores emocionales que afectan a la sexualidad pueden ser problemas interpersonales (problemas de pareja o de relación entre las personas, falta de comunicación o confianza en la pareja…) o problemas psicológicos individuales ( depresión, ansiedad, miedo, trauma sexual previo…).
Los trastornos de disfunción sexual se clasifican por lo general en cuatro categorías: trastornos del deseo sexual (disminución de la libido), trastornos de la excitación sexual (problemas de erección en el hombre y de excitación en la mujer), trastornos del orgasmo (dificultad a la hora de conseguir un orgasmo) y trastornos de dolor sexual (dispareunia: relación sexual dolorosa y vaginismo).
Problemas sexuales
- Problemas de deseo o interés sexual
- Problemas en la excitación sexual
- Problemas para tener o mantener la erección
- Problemas referidos al orgasmo (dificultad en alcanzar el orgasmo o falta de orgasmo)
- Ausencia de eyaculación / Eyaculación precoz / Eyaculación retardada
- Aversión al sexo
- Dispareunia (dolor en el coito)
- Parafilias
- Vaginismo
- Adicción al sexo