La técnica de la caja de arena fue impulsada por Dora Kalff. Es una herramienta terapéutica idónea para trabajar contenidos traumáticos que se encuentran bloqueados emocionalmente y que impiden al niño o adulto la verbalización.
La caja de arena en el espacio terapéutico es como un juego. En ocasiones muchos pacientes (adultos o niños), no pueden narrar con palabras lo que les ocurre porque es una carga emocional tan grande que lo mantienen disociado o bloqueado a su conciencia.
La caja de arena es un mecanismo no invasivo y no retraumatizante para el paciente, donde puede expresar narrar e integrar hechos muy difíciles de contar con palabras. La caja de arena permite al paciente (niño o adulto) un espacio seguro donde proyectarse a través de símbolos.
El terapeuta acompaña al paciente en ese proceso de juego reparador y en ningún momento dirige ni interpreta el juego del paciente. En el contexto de la consulta psicológica, se le pide al niño o adulto que construya su mundo haciendo uso de miles de miniaturas que debe colocar libremente como desee en su caja de arena.
Esta técnica es muy poderosa en niños traumatizados por la violencia, en pacientes que han sufrido abusos severos, ya que les permite expresarse libremente sin retraumatizarse.