El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida. Existen muchos tipos de pérdidas en nuestras vidas: la muerte de un ser querido, el diagnóstico de una enfermedad, la discapacidad, pérdida de un empleo, pérdida de hogar, separaciones y divorcios en la pareja, cambios de etapa, la pérdida de un familiar que sufre cualquier situación de dependencia.
La elaboración del duelo tras una muerte o situación de pérdida supone pasar por emociones dolorosas que constituyen las diferentes etapas o fases del duelo, pero estas emociones no se presentan de forma ordenada y muchas veces aparecen mezcladas unas con otras.
Fases del duelo y la aceptación de la pérdida
Negación
La persona no acepta la muerte, puede entrar en estado de shock y sentir la sensación de que está viviendo un sueño o pensar que la persona va a aparecer en cualquier momento, puede haber una cierta sensación de irrealidad y las emociones se pueden bloquear.
Culpa
La persona puede sentirse culpable por la muerte del otro o sufrir por “no haber hecho lo suficiente” o “por no haberse portado bien con el otro”, por ejemplo, sintiéndose culpable por haber provocado una discusión.
Desesperanza
En esta etapa la emoción principal es la tristeza al hacerse consciente de la pérdida. Este dolor nos hace conectar con un sentimiento profundo de soledad y vacío y podemos llegar a tener la sensación de que sin el otro no podemos vivir
Rabia
Los sentimientos de frustración y de rabia cuando se produce una muerte son naturales, y es necesario hacer consciente esta emoción para no transformarla en rabia hacia nosotros mismos pues es cuando surge la culpa patológica
Aceptación
Cuando aceptamos la muerte es cuando podemos empezar a rehacer nuestra vida. Cuando aceptamos que la otra persona ya no está no quiere decir que ya no nos duela o no la echemos de menos. Aprendemos a vivir si ella, aunque siempre nos quedará su recuerdo.