Muchas mujeres vienen a nuestra consulta muy angustiadas e insatisfechas con ellas mismas, se sienten vacías, no se gustan, se sienten inferiores. Su brújula de la felicidad parece haberse detenido y no encuentran su sitio.
Ellas siempre refieren los mismos mensajes: “ Me siento bien cuando mis hijos están bien, cuando soy buena madre, cuando soy buena mujer con las demás personas, cuando tengo suerte con mi trabajo, cuando funciona mi pareja…..”
Todas estas mujeres que suelen referir este tipo de mensajes vienen a nuestro centro con la autoestima completamente anulada, con un profundo sentimiento de vacío y de tristeza.
Estas mujeres se han educado por madres que les inculcaron el rol de cuidadora por encima de su esencia de mujer. Estas mujeres se educaron en una sociedad donde los mandatos de género que imperaban era la entrega incondicional a los demás olvidándose incluso de ellas mismas.
A estas mujeres no se les educó en la importancia que tiene para ellas mismas el quererse a ellas por encima de todas las cosas, y cuando luchan por tener autoestima, cuando luchan por cuidarse y por mimarse para ser más felices se sienten culpables y egoístas.
Estas mujeres se sienten juzgadas por la sociedad y en muchas ocasiones por sus propias familias, ya que consideran que han sacado los pies del tiesto y no están cumpliendo con la identidad de género que se les otorgó.