Un niño expuesto a una situación de violencia de género es un niño en situación de riesgo o de desprotección. La violencia de género en los menores puede afectarles:
- De manera directa: Las conductas y actos violentos del agresor se dirigen tanto hacía los niños/as como hacía la madre.
- De manera indirecta: Las agresiones que lleva a cabo el maltratador pueden ocurrir en presencia o ausencia del niño/a, pero afecta a los vínculos y contextos de protección más adecuados para los niños/as.
En esta situación el menor se desarrolla en un ambiente inseguro generado por respuestas por exceso o por defecto en las figuras paternas y maternas.
Entre los efectos indirectos más destacables de la violencia de género en los menores se encuentra la disminución en la capacidad de las víctimas (madres), para ejercer adecuadamente su rol maternal y de la incapacidad de los padres agresores de establecer relaciones afectivas adecuadas para con sus hijos. El vínculo materno filial se encuentra dañado por la violencia de género vivida.
Hoy en día la situación de los menores que viven situaciones de violencia de género en el ámbito familiar esta empezando a ser visible social e institucionalmente. La ley orgánica 1/2004 del 28 de diciembre de medidas de protección integral contra la violencia de género, reconoce en su artículo 19 que las situaciones de violencia contra la mujer afectan también a los menores que se encuentran dentro de su entorno familiar.
Holden (2003) hace una clasificación con 10 tipos de exposición que pueden vivir los menores que viven situaciones de violencia de género en el ámbito familiar.
Tipos de exposición en la violencia de género en los menores
- Exposición perinatal: los menores desde el vientre materno están expuestos a la violencia de género que sufre su madre y esta exposición repercute negativamente en su desarrollo fetal.
- Intervención: los menores intentan proteger a la víctima y detener la agresión.
- Victimización: el menor es objeto de violencia física o psicológica durante la agresión a la madre.
- Participación: cuando el menor es obligado a participar de la agresión hacía su madre
- Ser testigo u observador visual: los menores están visualizando de manera directa la agresión hacía su madre.
- Ser testigo oyente: el menor escucha la agresión, pero no la ve.
- Observación de consecuencias inmediatas a la agresión: el menor ve las secuelas de la agresión en su madre,(ojo morado, heridas, mobiliario roto, coche de policía, etc.)
- Experimentar las secuelas de la agresión hacía la madre: el menor vive la sintomatología de la madre a consecuencia de la violencia de género vivida por ésta, separación y fin de la convivencia, cambios de residencia, etc.
- Escuchar sobre lo sucedido: el menor oye conversaciones entre adultos acerca de la violencia de género que sufre su madre.
- Exposición inconsciente: los menores ignoran los acontecimientos porque la agresión sucedió cuando ellos no estaban.
Aunque la madre víctima de violencia de género se separe del agresor, cuando estos tienen hijos en común, la violencia de género sigue ejerciéndose de manera indirecta y psicológica hacía la mujer a través de sus hijos en los regímenes de visitas. Tras la separación de la pareja, estas mujeres siguen sufriendo las consecuencias de la violencia de género a través de sus hijos, en los intercambios para que sus hijos cumplan con el régimen de visitas.
Consecuencias y daños de la violencia de género en los menores
- Agresividad: es uno de los síntomas que se encuentran frecuentemente en los niños que han vivido situaciones de violencia de género. Los menores viven inmersos en la violencia y aprenden que ésta es aceptable y justificada. La violencia que viven y sufren estos menores en muchas ocasiones les lleva a tener problemas en sus relaciones interpersonales y a hacer uso también de la violencia en sus contactos sociales.
- Conductas antisociales y delictivas: estos menores que sufren la violencia de género pueden llegar a presentar problemas de conducta.
- Ira y hostilidad: estos menores se encuentran expuestos a altos niveles de hostilidad y agresión por parte de sus progenitores. Esta situación de exposición y vivencia de la violencia les conduce a los menores en ocasiones a responder de manera hostil y agresiva en situaciones donde no es lo adecuado para la situación.
- Ansiedad: los menores que viven situaciones de violencia de género pueden presentar cuadros de elevada ansiedad y en muchas ocasiones presentan estrés postraumático (TEPT)
- Depresión: los menores expuestos a la violencia de género pueden presentar sintomatología depresiva.
- Trastornos del aprendizaje y del desarrollo: estos menores pueden presentar problemas de desarrollo y problemas de aprendizaje y de rendimiento escolar.
- Problemas de adaptación psicosocial: estos menores pueden ser aislados socialmente por su grupo de iguales, ya que en muchas ocasiones responden al contacto interpersonal de manera hóstil.
- Crecimiento: problemas de crecimiento en los menores que viven y sufren la violencia de género.
- Síntomas psicosomáticos: alergias, asma, cefaleas, dolores abdominales, etc.
- Trastornos en la alimentación: estos menores pueden tener problemas de alimentación
- Trastornos del sueño: estos menores pueden presentar problemas a la hora de dormirse, terrores nocturnos, pesadillas
Desde nuestro centro consideramos sumamente importante intervenir psicológicamente tanto con las mujeres/madres que sufren situaciones de violencia de género, como con sus hijos e hijas. Trabajaremos el daño emocional de estos menores de la violencia de género vivida, para paliar las secuelas psicológicas que presentan y interviniendo psicológicamente con ellos y con sus madres trataremos de evitar que la violencia de género se perpetué y se siga transmitiendo de generación en generación.