A pesar de que en la actualidad la psicología está extendida en nuestra sociedad, sigue habiendo muchas dudas, inseguridades y mitos de ir al psicólogo. Si es tu caso, te ayudamos a derribar esos mitos y miedos.
No estoy loco/a
En ocasiones, se tiende a asociar ir al psicólogo con la etiqueta de la locura. El hecho de acudir a terapia no implica en absoluto que estés loco; la terapia psicológica es necesaria para podernos enfrentar a determinados trastornos o crisis psicológicas, pero el objetivo no siempre es encontrar la cura de una enfermedad.
Muchas personas están interesadas en mejorar, encontrar herramientas, autoconocimiento, etc… que van a ayudarle a enfrentarse a ciertos problemas o situaciones que puedan surgirle de la mejor manera posible.
No necesito ir al psicólogo porque estoy bien»
Como decíamos antes, hay tendencia a asociar la visita al psicólogo con una crisis o enfermedad en fase activa; y aunque es cierto que muchos procesos terapéuticos se inician tras una crisis, no tienes porqué estar atravesando un mal momento para comenzar tu terapia.
El fin de la terapia es brindar al paciente herramientas para que pueda afrontar su vida de la mejor manera posible, descubrirle sus fortalezas y trabajar en sus debilidades. Supone una mejor compresión de nosotros mismos, lo cual no tiene nada de negativo.
Prefiero desahogarme con un amigo antes que con un desconocido»
Aunque es cierto que es muy positivo contar con amigos y seres queridos con los que poder expresarnos con libertad y que verbalizar nuestras emociones ayuda a entendernos mejor y a ser más conscientes de nuestra realidad, no debemos olvidar que cualquier persona no está capacitada, ni tiene porqué estarlo, para resolver nuestros problemas.
Es más, aunque no sea su intención, un amigo puede darnos un consejo equivocado o ponerle una etiqueta errónea a lo que nos sucede.
Prefiero tomar medicación
En muchos casos la terapia psicológica y los psicofármacos se combinan en los tratamientos. Sin embargo es importante que sepas que, para empezar, estos han de ser prescritos por un psiquiatra, que no se deben tomar a la ligera puesto que cuentan con numerosos efectos secundarios (incluso, pueden producir dependencia) y que estas pastillas actúan a nivel superficial, de modo que ayudan a paliar los síntomas más evidentes de un problema o trastorno, pero no actúan en la raíz.
Aunque en muchos tratamientos es imprescindible el empleo de estos fármacos, por sí solos no son suficientes para erradicar el problema.
Me da vergüenza que la gente sepa que voy al psicólogo
En línea con los mitos existentes acerca de acudir al psicólogo, como el hecho de pensar que es una cosa de locos o de débiles, tendemos a pensar que otras personas nos van a juzgar o que van a tener un mal concepto de nosotros.
Para esto, lo que tienes que tener claro es que estás buscando lo mejor para ti, no para los demás. Seguramente cuando alcances tus objetivos, tu entorno también entenderá que acudir a terapia no es nada extraño; además, si al principio no te sientes cómodo contando que estás acudiendo a terapia, no tienes porqué hacerlo.
No me lo puedo permitir
Por último, otro miedo respecto al psicólogo es el poder adquisitivo. Puede que creas que es un coste que no puedes asumir y ésta sea una barrera para ti.
Si es éste tu caso, tendrías que cambiar el concepto de coste con el de inversión. La terapia es una inversión en ti, en tu calidad de vida y si piensas que estás invirtiendo en ser una persona mejor que sufre menos, ¿no crees que el desembolso estará más que justificado?