Terapia familiar: cuándo es necesaria

Muchos psicólogos están de acuerdo en esto: una gran parte de los problemas psicológicos están estrechamente relacionadas con el entorno familiar, que es donde la persona que acude a consulta pasa la mayor parte de su tiempo. Aquí es donde entra en juego la terapia familiar, ¿sabes en qué situaciones es necesaria?

Casos en los que la terapia familiar es necesaria

Hay situaciones, en consulta, en las que el profesional indaga sobre la causa de un problema psicológico y encuentra que los conflictos sociales que tiene el paciente son clave en su patología.

Por ejemplo, esto sucede en el caso de los trastornos de alimentación, los abusos sexuales, los trastornos de personalidad, las adicciones…

La forma que tienen de manifestarse estos trastornos son muy dispares. Hay pacientes que tienden a la rebeldía y no aceptan límites, otros tienden a la impulsividad. En otros casos muestran poca tolerancia a la frustración o a cumplir normas.

Origen de la terapia familiar

La terapia familiar se popularizó en los años 50 del siglo pasado en EEUU. Varios profesionales tanto de la psiquiatría como de la psicología se dieron cuenta de los buenos resultados que podían obtener cuando trabajaban también con las familias de los pacientes.

No fue hasta los 80 que este tipo de terapia llegó a España. Su aplicación era muy concreta: tratar de forma global el problema del paciente, teniendo en cuenta también su dimensión familiar.

Un ejemplo muy ilustrativo lo encontramos en las terapias con los más pequeños, donde vemos que un niño problemático en el colegio suele tener problemas en el entorno familiar, por lo que habría que ir al origen de este problema para ayudarle. Y esto se consigue con terapia familiar.

Las personas somos individuos que pertenecemos a un entorno social, por lo que solo podemos ser entendidas en nuestras relaciones con los demás. En el caso de la familia, que es el tipo de relación más común y estable, nos encontramos ante una situación en la que debemos entender las necesidades de los demás miembros, pero también permitir que estos vayan adquiriendo autonomía. Además, las familias han de ser capaces de adaptarse a las transformaciones que vayan viniendo, tanto dentro como fuera del núcleo familiar.

El problema es que esas adaptaciones no siempre son fáciles, ya que surgen enfermedades, problemas económicos o de comunicación que se convierten en obstáculos. En esta situación la terapia familiar también es muy válida.

Problemas en los hijos ante separación o divorcio

Una de las situaciones más comunes en terapia familiar es la que surge tras un divorcio o separación. Muchos hijos de padres separados necesitan ayuda para transitar la nueva realidad familiar, ya que hay veces que los conflictos entre los padres acaban repercutiendo en los hijos o puede incluso que cada progenitor tenga una visión acerca de la crianza o de la autonomía que quieran darle a su hijo/a.

En estos casos, la terapia familiar suele dar buenos resultados siempre que evitemos buscar culpables.

Los problemas familiares suelen producirse tras otros conflictos más complejos de índole tanto externa como interna a la propia familia. Los contextos se mezclan y ahí es donde se entiende la aplicación de la terapia familiar. Esto no significa que la familia sea culpable de los problemas del paciente, sino que el enfoque ha de ser global.

Cómo funciona la terapia familiar

Aunque vivimos en una sociedad muy acelerada y marcada por las prisas, esto no puede aplicarse a la terapia familiar, ya que a pesar de que suele ser fácil involucrar a la familia en la terapia, el profesional debe dejar claro a los integrantes que cuando se inicia un proceso de este tipo, es necesario tener paciencia.

La razón es que necesitamos modificar patrones de conducta alterados, por lo que poner plazos concretos no es muy viable. En función del tipo de problema que encontremos, los tiempos variarán.

No es lo mismo tratar un trastorno de alimentación que un trastorno bipolar, ya que este último tiene un carácter crónico.

Cómo saber si necesitas terapia familiar

A veces es complicado que el propio paciente perciba la necesidad de una terapia familiar, incluso puede ocurrir que no conozca su existencia.

Es responsabilidad del profesional, ya sea el psicólogo o el psiquiatra, proponer esta vía.

Sin embargo, puede ser la propia familia la que detecte esta necesidad cuando vea que le faltan recursos para afrontar un problema o cuando sienta que ha entrado en una dinámica de la que es difícil salir.

En nuestro centro cuentas con profesionales plenamente capacitados en terapia familiar. No dudes en solicitar información. 

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